miércoles, 8 de junio de 2011

El ritual de la cena para dos. La película de esa noche, a la que no se prestaba atención pues tenias más ganas de tirarte por su cuello en caída libre. El sexo lento y acalorado de los enamorados. El cigarrillo a medias de los confidentes. El sueño calmado. El despertar cálido, a veces a besos, a veces a mordiscos.


Mientras miraba la mesa hecha un desastre, los platos de una semana, los ceniceros rebosantes, el olor a cerrado, pensó en todas esas cosas. El cigarrillo se había consumido y le había llenado el sofá de ceniza y quemado los dedos. Quién dijo que los besos tenían sabor, acertó y se equivocó. Los besos saben a saliva, nicotina,ron,noches en vela y ayunas. 


...


Horas después, apoyado en una barra, hundido en cerveza, dibujando letras en el agua que bajaba por el vaso, con la mirada sobre nada, persiguiendo a cualquiera con tal de no irse a casa...

4 comentarios:

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  2. Siempre tuviste un don para escribir haciendo de la cotidiano algo especial ...

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  3. Como si estuviera viendo tu piso rezumante de porquería ^^

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