miércoles, 26 de octubre de 2011

Sabor a polvo.

Si me hubieran dejado
habría reventado
la caja fuerte de un banco, creyendo... Delirios de Robin Hood.

Sentado en un banco, aquel desconocido me habló de los grises, de su chaqueta de pana con coderas, su jersey de cuello vuelto, su boina regaló de una francesita que le regaló el "Das Kapital". De la transición, de Euskal Herria, los G.R.A.P.O. , de coches que volaron, de como gritó cuando Salvad
or dejó de hacerlo.

Me habló de las huelgas, de su primer porro de marihuana, que le lió Laura y que le supo a desconocido, a cerveza, y algo más tarde esa noche a saliva,a mujer ardiendo. De la absenta que su amigo André y como acabaron en una de las estatuas del caudillo que aun había en Madrid. Del cocido que su madre preparó el día que se fue de casa mientras su padre gritaba que no había criado a un rojo. De como se sintió libre cuando cerró de un portazo.

De como Laura se fue con André a vivir a un estudio en París. De como acabó Económicas, leyendo en primer curso a Marx y en el ultimo a Keynes. De Rocio, de su calidez moral y económica, de su boda por la iglesia donde pintó "La única Iglesia que ilumina es la que arde". De su primer coche familiar pensando en los niños. De la hipoteca. De su trabajo en un banco, que le asqueaba de 8 de la mañana a 8 de la mañana. De las apreturas económicas. De cuando se encontró con André y este le dijo que Laura había muerto de VIH (Como tantos otros conocidos que no "maduraron a tiempo") que le había contagiado también a él. De como volvió a casa ese día, follándose a su mujer por primera vez en meses y concibiendo a una nueva Laura. De Raúl que vendría dos años después de un viaje a Benidorm, y de Carlos, que vino cuando desempolvó sus apuntes de primero y el libro del barbudo de Karl le hizo recordar "Sus estupideces de juventud
"

jueves, 13 de octubre de 2011

Pelo Rojo. Piel Blanca. Sangre Caliente.


Se presentó a deshoras en mi casa, venía borracha, con un cigarro a medio consumir en los labios, el pelo color fuego despeinado de bailar toda la noche e incendiar a toda la sala, mirándome entre la suficiencia y la ternura, entre la frialdad y la calidez de su piel blanca. No dijo nada. No le hacía falta decir nada. Me apartó de la puerta con un ligero empujón y tiro el bolso, chaqueta y zapatos en medio del pasillo, antes de que me hubiera dado tiempo a cerrar la puerta.
Se apropio de la casa con solo entrar y mirarme. Habló y dijo : -Dijiste que viniera siempre que quisiera y estuvieras disponible.
Se acercó y me besó. No fue un beso lánguido de entrega. No hubiera querido un beso así suyo en esas circunstancias. Era casi un reto. Sus ojos brillaban. Yo sonreía. Ella también. Su sonrisa me mataba. Me llegaba dentro. Me recorría.
Seguía fumando mientras llegaba al comedor, se quejaba del calor y se sentaba en el sofá....
Su pello rojo contrastaba con el verde del sofá. Apagó el cigarro haciendo un anillo y dijo : Aun sigo sobria, o al menos demasiado como para encerrarme aquí. Vámonos. Al menos yo me voy corazón. Bebamos y fumamos todo lo que haya que beber y fumar. Y luego, me dejaré ablandar y te pediré que me acojas esta noche... Una noche que como tu dijiste durará todo lo que queramos mientras me llenas la piel con lo primero que escribas, seguimos bebiendo, seguimos fumando, seguimos explotando de deseo, y no subimos las cortinas...
Como negarse... Como decirla que no... Asentí. Volvió a sonreir. Volvió a atravesarme. Ahora entiendo a Adán. Una eternidad con Eva no hubiera tenido comparación con una noche con Lilith.


There’s still a little bit of your taste in my mouth...


Pero no se si es el sabor de la primera copa o de la última. De la felicidad de la noche o del de la resaca de la mañana con el sol en la cara. 

De la amargura, la bilis, el odio, el asco,las lágrimas, los ataques, los silencios, las miradas huidizas, la magia rompiéndose como un montón de bombillas en el suelo de una habitación dejada de la mano de Dios. De las listas pendientes y los interrogatorios contra la pared.

Del amor y la confidencia. De los besos al despertarse. De las cenas para dos y la película elegida a medias. De las copas de vino y del sexo salvaje de los enamorados. De tu olor en mis sabanas y tu sonrisa en mis labios. De las caricias y los viajes en autobús.
"You step a little closer each day
that i can’t say what's going on"