domingo, 29 de enero de 2012

Esas putas ganas.

De dinamitarlo todo y volver a caer rendido a sus pies.
De volver a perderme en su cuerpo y enseñarle todos los rincones perdidos de Madrid donde me emborraché a su salud y a mi locura.
De volver a emocionarme con su risa. 
De volver a ponerme nervioso con su llegada. 
De asombrarme con lo que guarda en su cabeza.
 De vomitar en su oído todo lo que no debería haberme callado. 
De hacerla gemir, de hacerla gritar, de hacerla reír, de hacerla llorar de alegría.
De verla saltar por mi casa.
De acabar hasta las narices de ella y desenfadarme al momento.
De aprehenderme su vida.
De notarla despeinándome y diciéndome que todo saldrá bien.
De compartir alegrías, miserias, tequilas y litronas en un parque helándonos de frío.
Esas putas ganas de ella, de su mundo, de su forma de fumar, de su voz rota, de su mundo y sus historias, de las fotos complices y las leyendas que nunca acabé de enseñarle.

1 comentario:

  1. Tiene un punto jotas y aguardiente áspero muy interesante. Un veradero espíritu áspero.

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